Se acerca agosto, la ceremonia profunda de la Pachamama, será distinta. Así lo fueron en este atípico año muchas celebraciones, pero para nosotros, honrar a la Pacha, trasciende a otras fiestas. En este capítulo, el viaje nos lleva por la Quebrada, hacia lo alto de la puna. Que lo disfruten…

A Jujuy siempre se vuelve

Capítulo 9

Adrenalina de altura

Amanecer en Purmamarca, debería ser considerado una maravilla mundial… O de esas cosas que uno tendría que hacer, cuanto menos, una vez en la vida.

Luego de desayunar, o preparar el equipo de mate, ¡no olvidar las tortillas! Estamos listos para comenzar una nueva aventura.

La Ruta Nacional 52 será la vía que nos acercará a nuestro próximo destino. Seguimos por allí hasta el cruce con la ruta 79. A 25 kms, encontramos la localidad de El Moreno.

Este poblado se encuentra establecido a 3600 mts. sobre el nivel del mar, flanqueados por el gigante Nevado del Chañi, atractivo principal de nuestra escapada de aventura.

Calles áridas, casas de adobe y barro, albergan a una población que apenas alanza los 150 habitantes. Son de lento andar y poco hablar, pero reciben a los turistas con mucha alegría y orgullo.

El turismo comunitario o rural, es una actividad creciente en el poblado: elaborar comidas regionales, compartir una jornada de trabajo y, primordialmente, escuchar las historias del lugar.

En El Moreno, habita la Comunidad Originaria Sol de Mayo, organización motivadora, entre otras cosas, de la Feria del Cambalache y Trueque. Este evento se organiza junto a la Red Puna (de entidades originarias) y hace más de 20 años, propicia el intercambio productivo entre más de 45 comunidades originarias.

Agosto es un mes en el que la comunidad refuerza la fé. Durante este mes, honran a la Virgen de las Nieves, con misa, procesión, almuerzos comunitarios, eventos culturales y sikuriadas (desfile de bandas de sikuris <ejecutantes del instrumento de viento llamado siku>).

En febrero, los lugareños y visitantes de otras latitudes, son testigos de uno de los grandes eventos culturales de la provincia: el festival denominado “Bajo el Nevados del Chañi” (este año se realizó la 20° edición), donde artistas locales de distintas áreas, revalorizan las riquezas culturales de la zona.

Cuando el viajero haga un alto en la aventura, acérquele un mate a alguna tejedora, que entre punto y punto, le irá desovillando alguna historia.

Aunque no todo el año es favorable para visitar el lugar, está a la clara que cuando podamos llegar, encontraremos actividades.

Entre lo paisajístico y lo gastronómico, todo Jujuy tiene una profunda historia de libertad e independencia. Y el Moreno, cuenta orgulloso la suya.

La importancia de la localidad comienza desde el punto de vista geográfico, ya que acá, se bifurcaba el Camino del Inca (tendremos un capítulo especial sobre el). Lo emotivo nos remite a 1816, luego de la jura de la Independencia en Tucumán. Para esa época, la Comandancia General de la Puna, al mando de Juan José Fernández Campero, tenía sede en El Moreno.

Luego de lo acontecido en Tucumán, el Congreso pide que todos los habitantes juren fidelidad a la independencia lograda. Fue entonces, cuando el Coronel Fernández Campero, redacta la proclama conocida como “La arenguita de Santa Rosa”.

Bajo esta proclama, el 30 de agosto de 1816, día de Santa Rosa de Lima, se llevó a cabo la jura, que exhortó a luchar contra el invasor y vivir en unión. El Chañi, fue testigo y centinela de este emotivo suceso.

Ahora, es momento de acercarnos al cielo. Vamos a mirar a la aventura a los ojos. Nos acercaremos al cerro Chañi, de 5896 mts de altura. Un gigante, cubierto de nieve.

Se recomienda no cargar mucho equipaje y, como sugerencia, si el recorrido se hace con un guía del lugar, la experiencia será completa.

Desde El Moreno, se debe continuar en algún vehículo doble tracción para luego de aproximadamente 30 kilómetros, arribar a Casa Mocha a 4.280 metros snm.

En Casa Mocha hay un refugio de montaña, llamado Flor de Pupusa (planta de la zona con propiedades medicinales para el mal de altura), cuyo propietario, un joven oriundo de lugar, llamado Armando Chuichuy,  puede brindar alojamiento, comidas típicas, artesanías (hechas  a mano con diferente fibra de lana), como así también acompañar a quienes intenten ascender el Nevado de Chañi.

Desde Casa Mocha, únicamente caminando durante aproximadamente 3 a 4 horas, se arriba a Jefatura de los Diablos, a 4960 metros sobre el nivel del mar, lugar donde se suele instalar el campamento de altura para ascender el Nevado de Chañi.

Jefatura de los Diablos es un antiguo asentamiento incaico, que se utilizaba 500 años atrás para explotar una mina de oro que existe en las inmediaciones.

Algunos montañistas en lugar de armar sus tiendas de campaña en el lugar, pernoctan en los refugios incaicos existentes, ya que algunos disponen de techo.

Luego de pasar la noche en Jefatura de los Diablos, viene el día esperado, el del ascenso a la cumbre del Nevado de Chañi, para lo cual es necesario superar casi 1000 metros de desnivel, lo cual insumirá entre 5 u 8 horas de tiempo, solo de ascenso. Es indispensable subir con el equipo adecuado, botas de alta montaña y bastante abrigo,  además, según la condiciones de la nieve, puede ser necesario llevar grampones y piolet.

Una de las excursiones que genera mayor adrenalina en nuestra provincia.

Pasamos por momentos de afecto con los pobladores, vimos paisajes que parecieran dibujados en tiempo y espacio, y subimos a una de las montañas más altas del norte.

Una vez más, es momento del merecido descanso, aún queda mucho Jujuy para descubrir.

Cima del Chañi. Foto: David Torres
El Chañi nevado Foto Armando Chuichuy
Vistas desde el Chañi. Foto: Mateo Gimenez
El Chañi visto desde El Moreno Armando Chuichuy
El Moreno Foto Armando Chuichuy